Rosarios

Para cada dia

#Rosario #Adviento #María
Rosario de Adviento

Estas son meditaciones que pueden ayudar en la profundización del sentido de este tiempo.

Antes de iniciar el rezo se debe indicar la manera cómo se rezará (los coros).

Se pueden añadir los cantos que se crean convenientes y que hagan alusión al tiempo que se vive y a la meditación que corresponde.

Una posibilidad es que se inicie el rosario en la puerta de la capilla o del lugar donde se rezará el Rosario.

INTRODUCCIÓN

En la puerta de la capilla.

M.    El Adviento es el tiempo litúrgico en el cual nos disponemos para celebrar el nacimiento del Señor Jesús como conmemoración de la primera venida del Hijo de Dios y a la vez dirigimos nuestra mirada hacia su segunda y definitiva venida: el “último día”. El Adviento es un tiempo de espera alegre y esperanzadora.

PRIMERA MEDITACIÓN: La segunda venida del Señor Jesús

L:    Escuchemos la lectura de los Hechos de los Apóstoles   1,10-11

«Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba, se les aparecieron dos hombre vestidos de blanco que les dijeron: “Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo”».

M:   Las dos primeras semanas del Adviento, la mirada de nuestra fe se dirige a la segunda venida del Señor Jesús: al final de los tiempos. Es por eso que en este tiempo recordamos que somos peregrinos y que caminamos bajo la guía de Santa María hacia la definitiva venida del Señor Jesús cuando se manifieste coronado de gloria y majestad.

Si hay procesional se dice:

Cantamos, mientras nos dirigimos al lugar donde rezaremos nuestro Rosario: Ven pronto, Señor.

Inmediatamente después del canto se sigue con el rezo del Padre Nuestro y los Ave Marías del primer misterio.

SEGUNDA MEDITACIÓN: Tiempo de esperanza

Sentados

L:    Escuchemos la carta del apóstol san Pablo a los Romanos   8,24-25

«Porque nuestra salvación es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve? Pero esperar lo que no vemos, es aguardar con paciencia».

M:   El Adviento celebra al “Dios de la esperanza” viviendo con gozo, en cada una de nuestras existencias, esta misma esperanza. La actitud de esperanza es un rasgo que caracteriza al cristiano porque sabe que Dios es fiel y que en el Señor Jesús ha cumplido sus promesas. ¿Tienes plena confianza en que se cumplirán las promesas que el Señor Jesús nos dijo a través de su vida?

TERCERA MEDITACIÓN: Tiempo de conversión

L:    Escuchemos la segunda carta del apóstol san Pedro   3,9-10a

«No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con ustedes, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión. El Día del Señor llegará como un ladrón».

M:   La venida del Señor Jesús a nuestros corazones reclama de nuestra parte una actitud continua de conversión. El tiempo de Adviento es, pues, un llamado a la conversión para preparar los caminos del Señor y acogerlo hoy y también cuando vuelva al final de los tiempos. ¿Estás preparando tu corazón para cuando venga el Señor? ¿Abres tu interior al Espíritu Santo para que transforme tu corazón y tu vida?

CUARTA MEDITACIÓN: Actitud vigilante y alegre

L:    Escuchemos la lectura de la carta de Judas   1,24-25

«Al que es capaz de guardarlos inmunes de caída y de presentarlos sin tacha ante su gloria con alegría, al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, gloria, majestad, fuerza y poder antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos».

M:   Ya se acerca el Señor, se acerca el tiempo de nuestra salvación. Cómo no estar con una actitud alegre que nace de un corazón confiado que espera en las promesas del Señor. Cómo no tener, también, una actitud vigilante, de estar alertas, teniendo la lámpara de nuestro corazón encendida pues el Señor ya se acerca y nos preparamos para ello. Estemos especialmente vigilantes en este tiempo, preparemos nuestro corazón no sólo para la celebración de la Navidad sino sobre todo para la definitiva venida del Señor.

QUINTA MEDITACIÓN: Madre de la Esperanza

L:    Escuchemos la lectura de los Hechos de los Apóstoles   1,12-14

«Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista un poco de Jerusalén (…). Y cuando llegaron subieron a la estancia superior, donde vivían Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago. Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos».

M:   El Adviento es un tiempo mariano por excelencia. María es la Madre de la expectación, de la espera gozosa. Pero es también la Madre donde la espera se convierte en presencia constante. Santa María, unida plenamente a Jesús en este tiempo de Adviento, nos lleva a vivir la “esperanza cierta” de una presencia del amor que está con nosotros, pero que se llegará a su plenitud total al final de los tiempos con la venida gloriosa de su Hijo el Señor Jesús.

Cantamos Madre de la Esperanza

CONCLUSIÓN

Se concluye rezando o cantando la Salve Regina.