Para enriquecer nuestro espíritu y fe
Se debe iniciar con tres velas encendidas.
T: + En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
M: Alegrémonos porque el Señor está ya cerca de nosotros y viene a traernos la anhelada reconciliación. Faltan pocos días para la Navidad y pidamos a Dios para que nos podamos disponer en silencio interior, en medio de la bulla del mundo, a vivir la Noche Buena, la Noche de la Luz que nos traerá alegría y esperanza.
L: Escuchemos hermanos la lectura tomada del Evangelio según san Lucas 2,1-6.
«Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba en cinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento».
M: Encendamos esta última vela que nos recuerda la plenitud de la celebración de este Adviento, el nacimiento del Hijo de Dios del seno de Santa María, Virgen. Cantemos las cuatro estrofas de HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA.
A la cuarta estrofa del canto se encienda la última vela de la corona.
HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA
EN LA CORONA DE ADVIENTO
QUE ARDA NUESTRA ESPERANZA
EN EL CORAZÓN DESPIERTO
Y AL CALOR DE LA MADRE
CAMINEMOS ESTE TIEMPO
M: Oremos:
Señor, Dios nuestro, que ante el anuncio del ángel quisiste que tu Hijo se encarnara en el seno de Santa María Virgen, escucha nuestras súplicas y haz que ayudados por Ella, podamos acoger al Señor Jesús, que está muy cerca de nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor.
T: Amén.
T: + En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.