Guayaquil, Ecuador | 16-08-2024
El Movimiento de Vida Cristiana en Ecuador llevó a cabo su segunda Brigada Médica en el pasado mes de julio, beneficiando a cinco comunidades cercanas a la ciudad de Guayaquil. Este esfuerzo, organizado y ejecutado por emevecistas y voluntarios locales, se distinguió por su enfoque en la evangelización como el núcleo del servicio, según nos ha explicado Kelly Mendoza, encargada de las Misiones MVC en Ecuador.
Las Misiones Médicas de este año marcaron un hito al ser la primera visita a tres de las cinco comunidades servidas. No solo proporcionó atención médica, sino que también abordó necesidades urgentes como la malnutrición y los parásitos en niños. Además, los misioneros pudieron participar en la santa misa en dos localidades donde la Eucaristía se celebra solo una vez al mes, complementando esta experiencia con diálogos de fe que fortalecieron a la comunidad.
Kelly Mendoza subrayó la diversidad y la generosidad de los voluntarios que, aunque provenían de diferentes contextos y profesiones, se unieron en una misión conjunta. “Muchas personas colaboraron donando medicinas, bienes, y la Providencia se ha manifestado mucho a través de eso”, expresó.
Misael Maquilon, director de la Escuela Básica del Recinto Sabanilla, expresó su gratitud por la labor realizada durante las Misiones Médicas del MVC en Ecuador. “La salud es una de las cosas más importantes para los niños y niñas de nuestra comunidad educativa”, subrayando el impacto positivo que tuvo la brigada.
Asimismo, resaltó “el trato amable y cordial de parte de los médicos y voluntarios”, quienes estuvieron siempre dispuestos a ayudar a los padres y madres de familia con sus hijos. “Siempre estaremos agradecidos por la ayuda recibida y esperamos seguir siendo beneficiados con esta gran labor”, añadió.
La Dra. Lucy Chávez Murrillo, médico pediatra, compartió su profunda experiencia durante las Misiones Médicas del MVC en Ecuador, en las cuales tuvo la oportunidad de ofrecer atención a los niños de una comunidad marcada por la sencillez y humildad. “Dios me ha dado la oportunidad de ayudar al prójimo con un granito de arena al dar atención médica a los niños de esa bella comunidad”, dijo.
En este entorno, se palpó la esencia de la vida alejada del bullicio moderno: “Donde el tiempo y la tecnología queda a un lado. No hay reloj que apure ni mensaje que perturbe”.
Por su parte, la Dra. Ketty Meneces, médico general, destacó: “La experiencia no ha sido solo colaborar con los conocimientos médicos, dar medicina y dar charlas, sino compartir también un pedacito del corazón de cada uno de nosotros en cada acto que realizamos”.
Finalmente resaltó cómo cada acto de servicio, desde escuchar hasta evangelizar, se convirtió en una expresión de amor al prójimo, haciendo de la misión una experiencia única, de mutuo aprendizaje y agradecimiento por la gracia de Dios.