#Bogotá #Solidaridad #Apostolado #Caridad #Siloe Siloé: Voluntariado del Movimiento de Vida Cristiana en el Hospital Infantil de Bogotá

Bogotá, Colombia | 28-06-2024

“En el Hospital Infantil Universitario de San José, un grupo de jóvenes voluntarios del Movimiento de Vida Cristiana, coordinados por María José Garcés, se dedica a llevar consuelo y esperanza a los enfermos. María José, estudiante de Psicología y emevecista desde el 2018, comparte cómo el servicio de Siloé ha transformado su vida: ‘Siloé me ha mostrado el rostro de Cristo a través de tantas personas que, pese a sus dificultades, confían en Él para seguir adelante’. En esta nota conoceremos un voluntariado que toca el corazón de quienes dan y reciben.

¿Cómo es cada visita de Siloé en Bogotá?

María José nos cuenta, que antes de cada visita, el equipo de voluntarios se reúne en la cafetería del Hospital. Este encuentro inicial es fundamental, ya que el equipo recibe las indicaciones básicas sobre la dinámica que se seguirá en las habitaciones.

Se ofrece una breve explicación sobre cómo deben aproximarse a los pacientes, asegurando que todos los voluntarios comprendan y respeten las medidas de bioseguridad necesarias para proteger tanto su salud como la de los pacientes. Además, se detallan las actividades propuestas para cada habitación y se distribuyen los materiales necesarios.

Tras resolver cualquier duda y rezar juntos, los voluntarios, organizados en parejas, se dirigen a las habitaciones para pasar alrededor de dos horas con los pacientes. Al finalizar, el grupo vuelve a reunirse en la cafetería para compartir experiencias, reflexionar sobre lo vivido y concluir con una oración, creando así un ambiente de apoyo y aprendizaje mutuo.

Luisa Fernanda: “Siloé es la oportunidad para donarnos”

Nos detenemos un momento para conocer la experiencia de una de las voluntarias que lleva participando en Siloé desde el 2023. “Cada visita es una experiencia única”, nos cuenta Luisa Fernanda Suárez. “Cada habitación toca el corazón de diferentes maneras, pero siempre siento que puedo cambiar por unos minutos la realidad de los niños y abuelitos enfermos y sus familias; llevando algo del amor de Dios y su misericordia, logro alivianar un poco su carga”.

“En cada visita aprendo que la vida es muy frágil pero el amor de Dios es infinito”, reflexiona Luisa. “Visitar a los enfermos y sus familias es una de las formas más humildes de amar a otros. El amor que recibimos de los niños y familias que visitamos es la recompensa más gratificante que nos podemos llevar”.

Al invitar a otros a unirse como voluntarios en Siloé, Luisa destaca el llamado espiritual al servicio. “Dios nos invita a ocuparnos de aquellos que más lo necesitan, del pobre, del enfermo, del más pequeño de sus hijos”, enfatiza. “Siloé es la oportunidad para donarnos, para llevar un mensaje de amor, esperanza, fe, y salvación a los enfermos del Hospital Infantil San José”.

Dios presente entre los pasillos del hospital

Retomamos el recorrido con María José y nos comparte una hermosa experiencia que ha marcado su servicio en Siloé: “Durante tantos años en Siloé he vivido muchas experiencias conmovedoras, pero lo que más me ha asombrado es poder ver cómo Dios pone a cada persona en el cuarto que debe estar”.

“He presenciado numerosas ocasiones donde un voluntario entra en una habitación de manera muy especial y particular, trayendo consigo experiencias personales únicas que impactan profundamente a la familia visitada. Es increíble observar cómo los dones y talentos de los voluntarios emergen de manera significativa en las situaciones más necesitadas”.

Gratitud en medio del dolor

Muy cerca al final de este recorrido, María José nos comparte esta reflexión: “Ponerse frente a personas que están pasando por tanto dolor y sufrimiento, no es nada fácil, requiere que pidamos al Espíritu Santo el don de sabiduría y consejo, y que salgamos de nuestra zona de confort”.

“Francamente, es una experiencia difícil y que puede llegar a incomodar, pero nada es más gratificante que la mirada de agradecimiento de una familia que logra ver el rostro de Cristo o un signo de esperanza a través de nosotros, haciendo esta labor como instrumentos suyos”, explica.

Finalmente, María José expresa la vivencia de los voluntarios de Siloé: “Creo firmemente que uno va al hospital buscando prestar un servicio o generar un impacto, pero definitivamente, estas familias y sus testimonios terminan haciendo mucho más por nosotros que nosotros por ellos. Es una experiencia única, que llena el corazón y vale mucho la pena vivirla. Cada visita es diferente, cada habitación tiene personas con grandes vivencias y lecciones que compartir”.

¿Quieres participar en Siloé Bogotá?

Si te interesa unirte a Siloé, síguelos en Instagram, en la cual publican la convocatoria mensual. Allí comparten un enlace de inscripción y las primeras 20 personas en registrarse podrán acompañarnos al hospital ese mes.

Tomado de Sodalicio.org