Lecturas de la Misa del día
Primera lectura: Gén 1,1-31; 2,1-2 / Sal 103,1-2a.5-6.10 y 12.13-14.24 y 35c (R.: cf. 30) / o bien: Sal 32,4-5.6-7.12-13.20 y 22 (R.: 5b)
Segunda lectura: Gén 22, 1-18 / Sal 15,5 y 8.9-10.11 (R.: 1)
Tercera lectura: Éx 14,15-15,1 / Ex 15,1-2. 3-4.5-6.17-18 (R.: 1a)
Cuarta lectura: Is 54, 5-14 / Sal 29,2 y 4.5-6.11 y 12a y 13b (R.: 2a)
Quinta lectura: Is 55,1-11 / Is 12,2-3.4bcd.5-6 (R.: 3)
Sexta lectura: Ba 3,9-15.32-4,4 / Sal 18,8.9.10.11 (R.: Jn 6,68)
Séptima lectura: Ez 36,16-28 / Sal 41,3.5bcd; 42,3.4 (R.: 41,2)
Epístola: Rom 6,3-11 / Sal 117, 1-2.16ab-17.22-23
Evangelio: Año A: Mt 28,1-10 / Año B: Mc 16, 1-7 / Año C: Lc 24,1-12
Vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno
Palabra de Dios.
Sal 103,1-2a.5-6.10 y 12.13-14.24 y 35c (R.: cf. 30)
R/. Envía tu espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la tierra.
Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. R/.
Asentaste la tierra sobre sus cimientos,
y no vacilará jamás; la cubriste
con el manto del océano,
y las aguas se posaron sobre las montañas. R/.
De los manantiales sacas los ríos
para que fluyan entre los montes,
junto a ellos habitan las aves del cielo,
y entre las frondas se oye su canto. R/.
Desde tu morada riegas los montes,
y la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces brotar hierba para los ganados y forraje
para los que sirven al hombre. R/.
¡Cuántas son tus obras, Señor!,
y todas las hiciste con sabiduría,
la tierra está llena de tus criaturas.
¡Bendice, alma mía al Señor! R/.
El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.
Sal 15,5 y 8.9-10.11 (R.: 1)
R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena:
porque no me entregarás a la muerte
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.
Los israelitas pasaron en seco por en medio del mar.
Ex 15,1-2.3-4.5-6.17-18 )R.: 1a)
R/. Cantaré al Señor, sublime es su victoria.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria:
caballo y jinete ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
El es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré. R/.
El Señor es un guerrero,
su nombre es el Señor.
Los carros del Faraón los lanzó al mar,
ahogó en el Mar Rojo a sus mejores capitanes. R/.
Las olas los cubrieron,
bajaron hasta el fondo como piedras.
Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible;
tu diestra, Señor, tritura al enemigo. R/.
Los introduces y los plantas en el monte de tu heredad,
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos.
El Señor reina por siempre jamás. R/.
Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor.
Sal 29,2 y 4.5-6.11 y 12a y 13b (R.: 2a)
R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Sacaste mi vida del abismo,
y me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante,
su bondad de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo. R/.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí, Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.
Venid a mí, y viviréis; sellaré con vosotros alianza perpetua.
Is 12,2-3.4bcd.5-6 (R.: 3)
R/. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
el fue mi salvación.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación. R/.
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.
Tañed para el Señor que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel.» R/.
Caminad a la claridad del resplandor del Señor.
¡Dichosos nosotros, Israel,
que conocemos lo que agrada al Señor!
Palabra de Dios.
Sal 18, 8. 9. 10. 11 (R.: Jn 6,68)
R/. Señor, tienes palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y eternamente justos. R/.
Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulce que la miel
de un panal que destila. R/.
Derramaré sobre vosotros un agua pura, y os daré un corazón nuevo.
Sal 41, 3. 5bcd; 42, 3. 4
R/. Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío.
Tiene sed de Dios
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios? R/.
¡Cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta. R/.
Envía tu luz y tu verdad;
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada. R/.
Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío. R/.
Sal 117,1-2.16ab-17.22-23
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R/.
La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré,
para contar las hazañas del Señor. R/.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
es un milagro patente. R/.
Ha resucitado y va por delante de vosotros a Galilea
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 28,1-10
En la madrugada del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María la Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres:
—«Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No, está aquí: HA RESUCITADO, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis". Mirad, os lo he anunciado».
Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos.
De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
—«Alegraos».
Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies.
Jesús les dijo:
—«No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
Palabra del Señor.
Jesús el Nazareno, el crucificado, ha resucitado.
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 16, 1-7
Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle. Y muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, van al sepulcro. Se decían unas otras: «¿Quién nos retirará la piedra de la puerta del sepulcro?» Y levantando los ojos ven que la piedra estaba ya retirada; y eso que era muy grande. Y entrando en el sepulcro vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les dice: «No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron. Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.»
Palabra del Señor.
¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 24,1-12