El Espíritu de Amor suscita entre nosotros, una experiencia de amistad verdadera en un contexto de auténtica comunión. Esto ha formado parte constitutiva del espíritu familiar de nuestro movimiento; siendo esta experiencia la que lleva a las personas a reconocerse vinculados al MVC.
Por esto declaramos este valor de la amistad y comunión, para renovarlo y vivirlo con intensidad en este tiempo, pues las relaciones comunitarias donde Cristo es el centro nos ayudan a crecer en nuestras relaciones con Dios, con nosotros y con los demás.
Este valor se inspira en la cita: «Éste es mi mandamiento: Que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el de dar uno la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos…» (Jn 15,12-14).
Resaltamos nuestro deseo de vivir en espíritu de familia y la importancia de promover la cordialidad, amabilidad, apertura y cercanía entre nosotros.
Descubrimos que el Espíritu nos mueve a seguir promoviendo la formación de pequeñas comunidades fe, que consideren la cultura, y las características de las personas que formen parte de ellas.
Así mismo queremos vivir la amistad y comunión en nuestra comunidad más amplia que es todo el MVC y en nuestra familia espiritual —a su vez inserta en la comunidad eclesial toda—.
El amor que buscamos vivir, queremos llevarlo a todos los ámbitos de nuestra misión, concretamente en la solidaridad y el servicio.
Este valor nos ayudará a no ser individualistas, indiferentes, prejuiciosos y utilitaristas con nuestros hermanos.